Solo conocerte me pediste una única cosa. Sinceridad. Parece nada, parece algo fácil de cumplir pero sincerarse, amigo mío, no resulta tarea sencilla. Ser sincero en todo cuanto sientes, todo cuanto haces, todo cuanto deseas, sincerarse de por vida, no creo que esté al alcance de la mayoría de mortales que vamos dando tumbos por este nuestro mundo. Y en mi caso... solo soy sincero al decirte que no podré serte sincero. Así que tú eliges; mi "falsa" sinceridad, la primera, o bien mi SINCERIDAD, la última. ¿Tú podrás serme sincero cada uno de los días de tu vida?¿Podrás ser fiel a esa sinceridad autoimpuesta?¿Serás capaz de hacerme daño en nombre de tu sinceridad?
1 comentari:
La sinceridad absoluta, tal y como la planteas, no sería más que ir vomitando subjetividad en forma de opiniones insubstanciadas.
Muy interesante.
Publica un comentari a l'entrada